miércoles, 9 de septiembre de 2015

ADOLESCENTES APÁTICOS

Licenciada Lupita:

Mi esposa y yo estamos en un grupo del Movimiento Familiar Cristiano. Damos gracias a Dios por permitir tanto bien en nuestras vidas. Siempre tratamos de aprender y de hacer lo mejor que podemos en nuestra casa. Pero ahora enfrentamos una situación especial con nuestros hijos de 15 y 17 años: son apáticos. Nada les motiva; se pasan el día tirados frente a la TV; son flojos para las tareas escolares; no se arreglan. Nos preguntamos si están viviendo alguna forma de depresión, y no sabemos cómo ayudarlos.
Julio G.






Muy estimado Julio:

Nuestra Sociedad se caracteriza por una especie de desbordamiento de la afectividad. De forma particular, los adolescentes se dejan dominar por sus sentimientos. Hacen “lo que tienen ganas” y dejan de hacer lo que no les apetece. La reflexión acerca de las consecuencias queda bajo tierra, y no recurren a ella porque, entre otras cosas, requiere esfuerzo.

Ahora bien, los padres que influyen en sus hijos, son ejemplares. Esto es, los papás modelan para sus hijos las virtudes que quieren que ellos vivan. ¿Los quieren ver activos, motivados, con intereses? Pregúntense si es esto lo que ustedes dos, como padres, están viviendo. Si encuentran que abusan de la TV o que faltan actividades atractivas qué realizar en familia, es tiempo de ponerse “manos a la obra”.

Conviene que en los hogares existan dos grandes ejes que evitarán que los hijos dependan sólo de emociones: un horario y una afición. Si antes no lo han practicado, siempre existe la oportunidad de empezar.

En primer lugar acérquense a sus hijos de forma que a ellos les agrade. Pueden sorprenderlos un día al llegar con boletos para el cine, por ejemplo. O llegar con una película que quieran ver junto con ellos. Investiguen sus intereses y muéstrense interesados por ellos.

Enseguida, lleven a cabo una reunión familiar en la que tu esposa y tú hablen sinceramente de su amor a sus hijos, su deseo del éxito en sus vidas y la necesidad de hacer cambios en la dinámica familiar; establezcan un par de reglas claras. Hablen con mucho respeto y esmérense en hacer sentir a sus adolescentes que los aman

Habrá un horario qué cumplir en cuanto a la hora de despertar, tiempo de ejercicio o deporte, tiempo para lectura, tiempo para TV, momentos de ayuda y/o actividad en casa. Y, por otra parte, apóyenlos en alguna afición hacia la que se sientan atraídos: lectura, deporte, colecciones, habilidades artísticas, etc.

En casa están viviendo un círculo vicioso, y la única forma de salir de él es esforzándose en experimentar algo nuevo, diferente, que desde luego implica esfuerzo y decisión. Aníbal Cuevas, orientador familiar, hace las siguientes recomendaciones en su excelente Libro La felicidad de andar por casa.
Efectivamente, un horario estable y unas aficiones que llenen el tiempo libre ayudan a superar con éxito la etapa de la adolescencia y, además, crean hábitos que ayudarán en la maduración personal y a disfrutar de la vida. Pasar el tiempo, empezar algo y no acabarlo o pasarse el día tumbado, genera una tendencia a la desmotivación y al abandono personal.


Lupita Venegas/Psicóloga 
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