miércoles, 24 de agosto de 2016

NOVIA DE UN CRISTIANO

Querida Lupita:

Me siento triste y confundida con mi hija porque se ha hecho novia de un chico que es cristiano. Nosotros somos una familia católica y hemos inculcado esta fe a todos nuestros hijos, pero ahora estamos preocupados porque ella empieza a faltarnos al respeto, va a sus reuniones y tenemos miedo de que se convierta a esa secta. Ellos tienen algunas costumbres diferentes, como que las mujeres usen la falda larga y no beban alcohol, y aunque no son malos hábitos, ella dejaría la Eucaristía, la Confesión y la devoción a la Virgen María. Y, si llegara a casarse, pienso en mis nietos y las consecuencias en nuestra relación. Su noviazgo, pues, nos está afectando y no sabemos cómo actuar. ¿Puedes darnos una orientación? 
Leticia



Querida Leticia:

Es de todos conocida la frase: “Católico ignorante, futuro protestante”. Por lo tanto, es necesario prepararnos en el conocimiento de nuestra fe.
Ante todo, te pido que tengas paz en tu corazón. Un joven cristiano, efectivamente, no es malo. Debemos reconocer humildemente que muchos de nuestros hermanos separados procuran sinceramente imitar a Cristo. Ellos pertenecen a alguna secta, ya sea porque se han decepcionado del anti-testimonio que a veces damos los católicos, o porque nacieron en ella y aprendieron de forma distorsionada a despreciar a la Iglesia que Cristo mismo fundó.
En el origen de todos los casos hay verdadera ignorancia. Pero ésta se vence siempre con el conocimiento. Hoy por hoy, tenemos a nuestro alcance medios católicos: radio, televisión, prensa, internet. Además, podemos surtirnos en librerías católicas de libros formativos o tomar Cursos en nuestros centros bíblicos, en nuestras parroquias, en la Escuela de la Fe y en tantas otras fuentes de aprendizaje.
La Iglesia acepta la unión matrimonial, aun con disparidad de cultos (Código de derecho canónico, 1124), en cuyo caso se pide a los cónyuges que la educación de los hijos se haga dentro de la fe católica y que ambos estén de acuerdo en bautizarlos e introducirlos a la vida sacramental.
En numerosas ocasiones, con la creatividad, la prudencia y el amor necesarios, el cónyuge cristiano se convierte al catolicismo por ese testimonio congruente que le da su consorte.
Recuerdo la vida de la mística Elizabeth Leseur, una francesa casada con un afamado médico ateo y anticlerical, famoso por su persecución a la Iglesia. Ella tenía una fe viva, que fue perdiendo poco a poco por la influencia del hombre al que amaba. Tiempo después, se encontró nuevamente con Cristo, y a base de preparación, oración y sacrificio, logró lo imposible: la conversión del esposo, al punto de que él se hizo sacerdote dominico después de la muerte de su joven mujer. Conviene leer la biografía de estos ejemplares esposos: Elizabeth y Félix Leseur.
A nosotros, como católicos, nos corresponde dar testimonio de amor auténtico. Orar incansablemente por los hijos, acercarlos a fuentes de conocimiento seguras, y disponernos a responder a sus dudas.
Miremos estos momentos de dificultad y angustia como una llamada del mismo Señor para prepararnos seriamente y dar razones de nuestra Esperanza.

Lupita Venegas


www.valoraradio.org          
Twitter: @LupitaVenegasDC
Facebook: 
https://www.facebook.com/LupitaVenegasOFICIAL

Correo: desdeelcorazon@valoraradio.org 

miércoles, 10 de agosto de 2016

UNA CLAVE PARA OBTENER EL PERDÓN DE TU FAMILIA

Querida Lupita:

Solo quiero dar testimonio de lo que puede conseguir el perdón en la vida de un hombre que ha cometido los errores más garrafales. Cuando me sentía totalmente perdido tuve un encuentro con Dios en una Cruzada Matrimonial y me decidí a renovarme por completo. Pedí perdón a mi mujer y mis hijos. Ellos no me aceptaron al principio porque yo los había lastimado mucho. Pero después ellos hicieron la misma experiencia que yo en una Cruzada para jóvenes y decidieron perdonarme.

Fueron tres años de mucho dolor para mí, tres años en que vivía fuera de casa pero añorando estar dentro. El día en que me abrazaron y me bendijeron, fue el día más feliz de mi existencia. Quiero agradecerte y agradecer a todos los que están luchando por defender el matrimonio; sin ustedes yo habría perdido a mi esposa y a toda mi familia.

Alberto



Muy estimado Alberto:

Agradezco infinitamente el que nos compartas tu testimonio. Son muchos los casos de matrimonios que han enfrentado crisis de forma acertada y se han convertido en servidores de Cristo. Ellos han llegado a bendecir los momentos de dificultad pues gracias a estos se han encontrado con un sentido de vida más pleno y gratificante. Salieron del mundo superficial al que pertenecían para entrar al convencimiento del verdadero sentido de la vida: amar y ser amados.

Permíteme ponerte como ejemplo. Tú eres aquel que se arrepiente sinceramente por sus faltas y es capaz de reconocer con humildad que necesita un cambio. Eres el hombre que se decide a “empezar de nuevo” dejando vicios atrás sustituyéndolos por virtudes, eres quien gana el perdón total del mismo Dios y has sido renovado por Él volviendo a nacer.

Pediste perdón sabiendo que no lo merecías pero suplicando misericordia. Sabías que Dios perdona siempre y con su ayuda pudiste mantenerte en pie para perseverar en la lucha por la unidad de tu familia.

Tú cumpliste estos requisitos y tras dos años de perseverante disposición, el Señor compensó tus esfuerzos moviendo el corazón de quienes amas.

Hay quienes desean el perdón para seguir igual, no se arrepienten, no se acercan a Dios y no experimentan cambios para bien propio.

En la Parábola del Hijo Pródigo, también conocida como parábola del Padre Misericordioso, el joven no regresa por más dinero para seguir malgastándolo sino que llega arrepentido pidiendo que se le trate como a un jornalero, el padre le perdona y lo reviste como hijo de rey para que él proceda conforme a su dignidad. La mujer sorprendida en adulterio escucha a Jesús decirle: “Nadie te ha condenado, yo tampoco te condeno, vete y no peques más”. La Samaritana se encuentra con Cristo y al recibir su comprensión y perdón renueva su vida para convertirse en anunciadora de la Buena Nueva.
Cada encuentro de Jesús narrado en los evangelios nos habla de una transformación personal hacia la luz, un hombre viejo que es dejado atrás para permanecer en el hombre nuevo. Si quieres ser perdonado, arrepiéntete. El verdadero dolor de haber pecado consigue el milagro de la unidad familiar, aunque esto lleve tiempo, oración perseverante, sacrificio y renovación total.



Lupita Venegas

www.valoraradio.org          
Twitter: @LupitaVenegasDC
Facebook: 
https://www.facebook.com/LupitaVenegasOFICIAL

Correo: desdeelcorazon@valoraradio.org