Lupita:
No me cabe la menor duda de que se dio un hecho histórico hace tres
años en la Feria Internacional del Libro, pues no recuerdo que en alguna
ocasión anterior se hayan reunido seis escritores católicos a presentar seis
diferentes trabajos, enfocados al crecimiento humano en la Fe y los valores
cristianos. Mucho menos recuerdo que al final de alguna presentación en un
salón de la FIL se haya elevado una oración, como la que salió de labios de
Juan Alberto Echeverry, y nunca el que un Sacerdote católico haya impartido la
Bendición en nombre de Dios a todos los presentes.
Este acontecimiento se ha repetido y este año ocurrirá por tercera vez.
Gracias al Señor que la anti-delincuencia también está organizada. A
los que asistimos nos toca extender su esfuerzo en nuestras trincheras. ¡Él les
bendiga!
En
Cristo, Julián Flores
Querido Julián:
¡Cuánto me
alegran tus palabras!
El
acontecimiento que mencionas, enmarcado en el Año de la Fe, me hizo recordar lo
externado por el Papa Pío XII: “Nuestro tiempo exige hombres y mujeres que
huyan de la mediocridad y busquen la santidad”. La apatía por lo divino existía
cuando él pronunciaba esta frase, y existe hoy de manera virulenta.
En el Documento
Porta Fidei el Papa Benedicto XVI nos invitó a los cristianos a hacer vida
nuestra Fe: “Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio
creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del
Señor, sean capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y
de la vida verdadera; ésa que no tiene fin”.
Y, en este
hecho que narras, hay un ejemplo de lo que es cristianizar las Sociedades. La
santidad consiste en vivir para Cristo en la profesión, oficio o circunstancia
en donde nos encontremos, buscando unirnos cada vez más a Él y cumpliendo la
divina voluntad del Padre en todo.
Santidad es salir de la apatía, del sinsentido, de las
vidas ociosas, sin ideales ni esperanzas, y vivir convencidos de que Dios se
hizo hombre en Cristo. La Constitución Gaudium et Spes (Alegría y Esperanza)
declara: “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del
hombre a la unión con Dios. Y sólo puede decirse que vive en la plenitud de la
verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su
Creador”.
¿Vamos a quedarnos con este tesoro sin compartirlo?
Uno de los efectos naturales de la Fe es el ansia y deseo de transmitirla a los
demás.
Recuerdo la ocasión en que el Secretario de Salud de
Croacia develaba una escultura que defendía la vida, y la defensa de la pureza que
hacía un jugador de futbol americano, asegurando que la vivía porque era
cristiano; también recuerdo la presentación de la Película “La Cristiada”, que
un productor católico apoyó, arriesgando su propio patrimonio… todos ellos
están santificando su ambiente. Ejercen violencia, pero no contra otros, sino
contra sí mismos, al elegir enfrentar sus miedos e ir contra corriente.
Gracias por
querer sumarte a este esfuerzo. ¡Te necesitamos!
¿El plan?: ¡Llevar a Cristo a todas partes!
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