miércoles, 5 de noviembre de 2014

"NO PIDAS UNA VIDA PERFECTA, SINO UNA ACTITUD PERFECTA"

Lic. Lupita:
Cuántos dolores de cabeza sacan los hijos. Yo ya no veo la salida, con tanta preocupación. Mi hijo mayor se quedó sin trabajo, y ya van ocho meses sin que encuentre algo. Mi hija, que le sigue, se involucró con un hombre casado y nos está avisando que se irá a vivir con él. Las dos más chicas están rebeldes e inmanejables. Y encima, las deudas me tienen estresada. Mi esposo y yo no sabemos en dónde estuvo nuestro error. Yo sé que no hemos estado muy presentes, pues trabajamos de sol a sol, y también sé que no estamos muy cerca de Dios. Me percibo muy necesitada de acercarme a la Iglesia, pero no me siento bien para ir a mi Parroquia, donde estoy segura que me criticarán. Además, a mi esposo no le agrada ir a Grupos ni convivir. ¿Podemos acercarnos a Dios desde casa?
Raquel









Estimada Raquel:

Es probable que estés experimentando una crisis de agotamiento. Éstas llegan cuando se conjuntan varios factores, entre otros:

1.   Vida desequilibrada.
2.   Falta de tiempo para lo importante.
3.   Dar lo mejor de sí mismos al trabajo (y a veces, lo peor a la familia).
4.   Adquirir más de lo que realmente se puede tener (créditos).
5.   Expectativas utópicas sobre los hijos, el rol del cónyuge y la vida en general.
6.   Dormir poco y mal.
7.   Falta de alimentación sana, respetando horarios.

La actitud que tenemos cuando estamos agotados, es pesimista. Se enfatizan los problemas y dejan de verse las bendiciones o bondades que también se experimentan.

No pidas una vida perfecta, sino una actitud perfecta.

Cuentan que, hace muchos años, un rey colocó una gran roca estorbando en un camino importante. El rey se escondió para observar a la persona que decidiera moverla. Desde el lugar que ocupaba estratégicamente, pudo percatarse de que numerosos comerciantes y cortesanos solo le daban la vuelta, sin hacer algo al respecto; unos, incluso, insultaban al rey por no tener los caminos despejados.

Su corazón se sentía decepcionado. De pronto, se acercó un campesino que traía una pesada carga de verduras. Este humilde hombre, poniendo a un lado su carga, se tomó el tiempo de intentar mover aquella gran piedra.

Después de muchos esfuerzos, lo consiguió. Iba a recoger nuevamente su carga cuando observó en el piso un pequeño costalito de tela. Estaba justo debajo de la roca. Aquel costalito contenía monedas de oro y una carta firmada por el propio rey, en la que se indicaba que aquel oro pertenecía a la persona que moviera la roca. ¡Qué afortunado!

La vida no es como queremos que sea. Si aprendemos a aceptarla tal como viene, comprenderemos que cada obstáculo o dificultad está ahí para que hagamos algo y crezcamos como seres humanos. Cada problema, en realidad, es un desafío que nos reta a sacar lo mejor de nosotros mismos.

Dios te invita a ver las cosas desde su perspectiva; por eso está inscribiendo en ti este deseo de buscarlo y de encontrar respuestas en Él. No desaproveches esta inspiración del Espíritu Santo y, sin miedo, con una nueva actitud, acude a tu Iglesia y haz lo correcto: confía.


Te recomiendo vivamente que veas la Película EL GRAN MILAGRO, que tiene el poder de provocar un gran milagro en ti. “Haz la prueba, y verás qué bueno es el Señor”.

Lupita Venegas Leiva/Psicóloga www.valoraradio.org          
Twitter: @LupitaVenegasDC
Facebook: 
www.facebook.com/LupitaVenegasOFICIAL


Correo: desdeelcorazon@guadaluperadio.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario