Hola Lupita:
Te pido un consejo para que me ayudes con mi matrimonio. Tengo por esposo a un gran hombre, sólo que su infancia fue muy dura, y por eso creo que se comporta así. Desde que se levanta, es un “tráeme, tráeme, tráeme”, y me grita para pedir todo: ¡Un jabón!, un chile, una tortilla, una toalla. ¡Cámbiale!, ¿no oyessss?; te estoy hablando, hija de tu…”
Así es todos los días. Tenemos 16 años de casados, y así ha sido siempre. Me falta muchísimo al respeto. Ya no se qué hacer. Nunca quiere salir conmigo a ningún lado porque le doy vergüenza. Y, cuando salimos, por todo me critica y dice que no me visto bien. A veces me dan ganas de acabar con mi vida…
Francisca O.
Muy estimada Paquita:
Muchas mujeres y hombres me han preguntado: ¿hasta qué punto debo soportar el maltrato? La respuesta clara y definitiva es: hasta cero. No debemos permitir que persona alguna nos maltrate. La Palabra de Dios nos recuerda: “Ni a hijo ni a esposa ni a amigo ni a vecino des poder sobre tu vida. Mientras vivas y respires, no dejes que nadie te domine”. (Eclo. 33, 20-21).
Una persona sufre maltrato cuando:
•Su novio, esposo o pareja la golpea.
•La insulta y amenaza.
•La hace sentir humillada e inútil.
•Le impide ver a su familia y amigos
•Le prohíbe estudiar o trabajar.
• Le quita el dinero que gana o le da muy poco y a cuentagotas de lo que él gana, mostrando así desconfianza y manipulación
Es necesario aprender a poner un Alto a tiempo; es decir, desde la primera muestra de falta de respeto. Si han pasado 16 años así, es que no has sabido pedir lo que mereces por el simple hecho de ser hija de Dios. Pero quien soporta todo esto es porque ignora que vale mucho; que puede superarse y exigir -siempre con amor- el trato digno de parte de los demás hacia su persona.
Te contaré una historia real
Te contaré una historia real
Teresa sufría maltrato y abuso. No tuvo una familia. No conoció a su padre, y su mamá trabajaba como prostituta. Teresa se recuerda a sí misma siempre sola y triste. Al cumplir 17 años, acude a Encuentro con Cristo y se abre para ella un mundo nuevo. ¡Conoce su valor! Reconoce el amor que Dios le ha tenido desde siempre, y se dispone a hacer la Voluntad de Dios en su vida sin miedo.
Regresa a casa y, aún estando embarazada, corta con el hombre que vivía, un adicto, mayor de 30 años, que la maltrataba. No pensó: ¿Pero qué voy a hacer sola, de qué voy a vivir, qué me va a pasar? Sólo se dijo a sí misma: me levantaré y creceré. Seré amiga cercana de Jesús y Él estará conmigo siempre. Empezó a leer la Palabra de Dios, se confesó y comulgó.
Teresa guardaba en su corazón estas palabras: “El que respeta al Señor no le tiene miedo a nada ni se acobarda, pues confía en el Señor… El Señor vela por aquellos que lo aman como fuerte escudo y poderoso apoyo”. (Eclo. 34, 14-16). Obtuvo ayuda durante su embarazo en VIFAC. Nació su niña y empezó a superarse. Mejoró su presencia, aprendió repostería y hoy vive de la venta de sus pasteles.
La mejor forma de amar y ayudar a tu esposo, es superándote. Acércate a Grupos de Iglesia que te ayuden a valorarte y a salir de tu ignorancia. Sé firme en tu decisión de cambiar para bien, y no des un paso atrás.
Lupita Venegas Leiva/Psicóloga www.valoraradio.org
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