miércoles, 30 de julio de 2014

LA "INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO"



Lupita:


Estoy confundida. Me junté con el hombre que quiero vivir para siempre, pero él me pidió que nos mudáramos sin casarnos primero. Y, aunque supuse que me cuidé, ahora estoy embarazada. Yo quiero formalizar, sólo que me dice que éste no es el momento para tener un hijo y prefiere que yo interrumpa el embarazo. No sé qué hacer porque no quiero perderlo a él, pero nunca pensé que reaccionaría así. Si interrumpo el embarazo seguimos, pero si no, él se va. Yo le pido a Dios que me ayude, y no sé qué debo hacer.
Dulce.



Querida Dulce:


Quiero que sepas que ese Dios al que le pides ayuda, te ama locamente. Él es el dador de la vida y planea desde la eternidad a cada alma…también la del bebé cuyo corazón ya late en tu vientre. Y ese mismo Dios ha hablado claro para todos nosotros, diciéndonos cuál es el orden moral que nos conviene vivir para ser felices en este mundo y encaminarnos a la eternidad.


 Me doy cuenta de que desconoces a ese Dios. Te diriges a Él para que te conceda algo que quieres, sin saber si te conviene. Estás relacionándote con el Rey del Universo como si fuera un “genio de lámpara mágica”. No te diriges a Él como tu Señor, ese Ser Superior al que quieres obedecer porque sabes que es omnisciente y omnipotente, que todo lo sabe y todo lo puede.


 Te has obsesionado por un hombre que no te ama. No quiere ofrecerte matrimonio, no quiere compromiso ni contigo ni con su hijo. No conoce a Dios tampoco, ni tiene santo temor de ofenderlo. Quiere estar a gusto en la vida. Es curioso que, precisamente quienes quieren esto, son los que más sufren a la postre, por sus decisiones individualistas.


 La interrupción del embarazo no es otra cosa que el asesinato de un hijo. Esto tiene consecuencias emocionales en la mujer, que están muy estudiadas y se denominan: síndrome post-aborto. El uso de anticonceptivos tiene también serias secuelas en la salud femenina…


En fin.has ido tejiendo tu vida a tu modo, al modo “moderno”. Es un vivir para nosotros mismos sin reflexionar. Te juntaste, olvidando que Dios elevó el Matrimonio natural al nivel de un Sacramento; usaste anticonceptivos considerando que los niños son un “peligro” del que hay que “cuidarse”, cuando son la máxima bendición con la que Dios corona a las familias; quedaste embarazada porque, además, todos esos métodos anticonceptivos tienen fallas, y entonces piensas que el aborto es la única salida.


¡Conoce a ese Dios al que invocas!


Él te ama, te comprende y te invita a vivir bajo su mirada a partir de hoy. Defiende la vida de TU HIJO, pues él ya está en el lugar que debe sentirse más seguro: tu vientre. El aborto es un asesinato cruel: pueden desbaratar a tu hijo por partes, mutilándolo en forma mecánica o con aspiradora. No importa cómo, él se defenderá porque quiere vivir. ¿No vas a conocerlo?, ¿no lo alimentarás, no lo protegerás, lo arroparás y lo llenarás de besos entre lágrimas de felicidad?


 Deja ya de vivir ignorando tu Fe, que debe ser faro que ilumina tus decisiones. Salva a tu pequeño, y déjame conocerlo cuando nazca. Será una bendición para ti y para el mundo.





Lupita Venegas Leiva/Psicóloga www.valoraradio.org          
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miércoles, 23 de julio de 2014

¿HASTA DÓNDE SOPORTAR EL MAL TRATO?


Hola Lupita:

Te pido un consejo para que me ayudes con mi matrimonio. Tengo por esposo a un gran hombre, sólo que su infancia fue muy dura, y por eso creo que se comporta así. Desde que se levanta, es un “tráeme, tráeme, tráeme”, y me grita para pedir todo: ¡Un jabón!, un chile, una tortilla, una toalla. ¡Cámbiale!, ¿no oyessss?; te estoy hablando, hija de tu…”

Así es todos los días. Tenemos 16 años de casados, y así ha sido siempre. Me falta muchísimo al respeto.  Ya no se qué hacer. Nunca quiere salir conmigo a ningún lado porque le doy vergüenza. Y, cuando salimos, por todo me critica y dice que no me visto bien. A veces me dan ganas de acabar con mi vida…

Francisca O.





Muy estimada Paquita:

 Muchas mujeres y hombres me han preguntado: ¿hasta qué punto debo soportar el maltrato? La respuesta clara y definitiva es: hasta cero. No debemos permitir que persona alguna nos maltrate. La Palabra de Dios nos recuerda: “Ni a hijo ni a esposa ni a amigo ni a vecino des poder sobre tu vida. Mientras vivas y respires, no dejes que nadie te domine”. (Eclo. 33, 20-21).

Una persona sufre maltrato cuando:

•Su novio, esposo o pareja la golpea.

•La insulta y amenaza.

•La hace sentir humillada e inútil.

•Le impide ver a su familia y amigos

•Le prohíbe estudiar o trabajar.

• Le quita el dinero que gana o le da muy poco y a cuentagotas de lo que él gana, mostrando así desconfianza y manipulación


Es necesario aprender a poner un Alto a tiempo; es decir, desde la primera muestra de falta de respeto. Si han pasado 16 años así, es que no has sabido pedir lo que mereces por el simple hecho de ser hija de Dios. Pero quien soporta todo esto es porque ignora que vale mucho; que puede superarse y exigir -siempre con amor- el trato digno de parte de los demás hacia su persona.
Te contaré una historia real


Teresa sufría maltrato y abuso. No tuvo una familia. No conoció a su padre, y su mamá trabajaba como prostituta. Teresa se recuerda a sí misma siempre sola y triste. Al cumplir 17 años, acude a Encuentro con Cristo y se abre para ella un mundo nuevo. ¡Conoce su valor! Reconoce el amor que Dios le ha tenido desde siempre, y se dispone a hacer la Voluntad de Dios en su vida sin miedo.


Regresa a casa y, aún estando embarazada, corta con el hombre que vivía, un  adicto, mayor de 30 años, que la maltrataba. No pensó: ¿Pero qué voy a hacer sola, de qué voy a vivir, qué me va a pasar? Sólo se dijo a sí misma: me levantaré y creceré. Seré amiga cercana de Jesús y Él estará conmigo siempre. Empezó a leer la Palabra de Dios, se confesó y comulgó.

Teresa guardaba en su corazón estas palabras: “El que respeta al Señor no le tiene miedo a nada ni se acobarda, pues confía en el Señor… El Señor vela por aquellos que lo aman como fuerte escudo  y poderoso apoyo”. (Eclo. 34, 14-16). Obtuvo ayuda durante su embarazo en VIFAC. Nació su niña y empezó a superarse. Mejoró su presencia, aprendió repostería y hoy vive de la venta de sus pasteles.



La mejor forma de amar y ayudar a tu esposo, es superándote. Acércate a Grupos de Iglesia que te ayuden a valorarte y a salir de tu ignorancia. Sé firme en tu decisión de cambiar para bien, y no des un paso atrás.



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miércoles, 16 de julio de 2014

"DALE VACACIONES A TUS PREOCUPACIONES"



Lic. Lupita:
Estoy muy preocupada. No duermo. Soy una mujer mayor. Nunca supe educar bien a mis hijos y todos tienen problemas. Mi marido fue alcohólico. Hoy mis hijos hombres también lo son y hacen sufrir mucho a sus esposas. Mi hija está trabajando en un Table y dice que no es prostitución, pero se va con los que “ella quiere”. Hoy yo veo la bola de nieve cada vez más grande. Mis nietos empiezan a beber. 11 años tiene el mayor; mis nietas se visten muy vulgares. En sus casas hay groserías, gritos, desorden, suciedad

 A mí me queda rezar y llorar; ¿qué más puedo hacer?
Liliana H.

 


 

Querida abuelita Lili:
Empiezo por plantearte dos premisas

1.- Ante todo problema, siempre hay una solución

2.- Hay cosas que está en tu mano hacer, y hay otras que no.

 
Para el primer punto, quiero explicarte que, sin importar los retos que presenta la vida, el ser humano es capaz de salir adelante y crecer, buscando e implementando soluciones. La forma en que nos planteamos los problemas es vital para llegar a una solución. Si ves las dificultades de bulto, en su conjunto, puedes experimentar una impotencia invencible, y concluir, comprensible pero erróneamente, que no hay salida.


Es fundamental, por tanto, definir el problema con claridad y prepararse para remediarlo. Una de las mejores tácticas es tratar de resolver sólo una cosa a la vez. Tú tratas de que todo cambie enseguida: tus propias culpas, al sentir que no fuiste buena mamá; el alcoholismo de tu esposo, que afectó a tus hijos; el alcoholismo de cada uno, con su propia problemática nuclear; la desorientación de tu hija, que no se valora, etc.


Ante un cuadro tan apabullante, sólo se experimenta frustración. Pero, si tomas una sola cosa a la vez y das pasos en dirección a la salida correcta, las preocupaciones dejarán de dañarte.
El segundo punto complementa al primero. Debes ser consciente de que no todo está en tus manos. Puedes responsabilizarte solamente de lo que está en ti. No puedes sacar de la adicción a tus hijos, pero sí puedes presentarles opciones para que ellos busquen ayuda. No te compete solucionar sus conflictos matrimoniales, aunque sí buscar y ofrecer orientación y apoyo para sus esposas e hijos. Acércales películas, libros, audios, consejos, personas… todo lo que consideres que es un bien útil para su vida. Lleva a tus nietos al Catecismo, enséñales a orar. No puedes imponerles que usen los materiales que les das, o que hagan lo que recomiendas, pero sí puedes y debes proponérselo

Con estas dos premisas bien asimiladas, te hago una invitación: “Manda de vacaciones a tus preocupaciones”. Esto significa que has comprendido que la preocupación no mejora en absoluto ninguna situación; antes bien, te sumerge en un nuevo problema. En lugar de preocuparte, ocúpate

Se dice que, en alguna ocasión, se le preguntó a Winston Churchill si no le preocupaban sus enormes responsabilidades en medio de la Segunda Guerra Mundial, y él respondió con sabiduría: “En realidad, no me preocupo porque estoy demasiado ocupado”. Por otro lado, la oración sincera nunca es estéril. Sigue orando con fe. Esto es parte fundamental de las acciones que emprenderás a partir de hoy. No gastes tu tiempo pensando y rumiando los problemas de tus hijos; más bien, ora y trabaja por su provecho. Pero, eso sí, llena de paz tu corazón. Haz lo que está en tus manos, y lo que no, déjaselo al que todo lo puede: tu Padre Dios.




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miércoles, 9 de julio de 2014

"EL MAL DE AMORES"



Licenciada Lupita:

Soy una mujer de 40 años y no he podido encontrar a un hombre que me quiera. Dicen que padezco mal de amores. Que algo estoy haciendo mal, y es por eso que los hombres con los que salgo huyen de mí al poco tiempo de conocernos. Yo creo que es una cuestión de miedo al compromiso por parte de ellos. Mis relaciones anteriores me han decepcionado; hay hombres que parecen muy exitosos, pero en el fondo sólo están usando caretas. El caso es que me gustaría encontrar una pareja y necesito una orientación sobre cómo puedo acercarme a la persona indicada.Ofelia G.






Querida Ofelia:

Vivimos una época en la que no se nos enseña a amar. Hay personas que están buscando a su “media naranja” sólo con el fin de encontrar a alguien que les haga felices. La cultura individualista imperante entierra el deseo de salir de sí mismo para hacer feliz a otro. En estas condiciones, es muy difícil desarrollar relaciones estables y maduras.
           
Es importante que decidas orientar tu vida en base a principios. Un error común en mujeres mayores de 30 años, es que se obsesionan por encontrar a su “príncipe azul”. En opinión de Enrique Rojas, reconocido Psiquiatra español contemporáneo, “buscar como principal fin el amor de un hombre es un grave error”. Y luego recomienda las siguientes medidas en casos como el tuyo:

Centrarte en tu vida profesional y en tus aficiones. Dejar el tema de encontrar a un hombre, en segundo plano.

2. No crear expectativas amorosas al conocer a un hombre. Que tus expectativas no sean afectivas, sino de amistad y de cultura.

3. Para no pasar de la ensoñación a la decepción, mantenerte con un fondo escéptico en cuanto a que se trate del amor de tu vida
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Respecto al miedo al compromiso por parte de los hombres, también es algo real. Observa atentamente a quienes te invitan a salir, ya que pueden padecer el Síndrome de Peter Pan o el Síndrome de Simón
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El primero caracteriza a hombres que no quieren crecer, que sólo les interesa satisfacer sus propias necesidades; tienen pánico a los compromisos y responsabilidades; están permanentemente insatisfechos, y nada hacen para remediarlo; necesitan que alguien cuide de ellos; saltan de pareja en pareja con frecuencia; dejan todo para más tarde, tienen vicios, etc.

El síndrome de Simón se da en hombres de 30 a 40 años. Viven y están solos, obsesionados con su trabajo; son inmaduros emocionalmente y muy narcisistas


La mujer que se enamora de un soltero que tiene estos síndromes, va a sufrir mucho. La vida no se trata de “atrapar marido”, sino de encontrar la misión para la cual fuiste creada, y actuar en consecuencia.

Armada con una fe a prueba de todo, haz oración cada día pidiendo a Dios que ilumine tu camino y te permita gozar de tu vida tal como es. Cuando aceptas con paz tu realidad, tu personalidad se hace más atractiva. Te conviertes en una mujer interesante porque diversificas tus actividades y conocimientos. El hombre de tu vida, si está pensado así por Dios, llegará cuando menos te lo esperes.


Esfuérzate por tener una relación verdaderamente cercana con Cristo. Él se encargará de cubrir todas tus necesidades. Confía.




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miércoles, 2 de julio de 2014

¿Es válido defender a los infieles?


Hola, Lupita:


Por favor ya no defiendas tanto a los señores que son infieles. Mi suegro, a sus 60 años, sigue siendo infiel, ve pornografía, consiente que sus hijos dejen a sus esposas y vivan con otras mujeres, que mantengan hijos que no son de ellos; le dice a mi esposo que si no se siente a gusto conmigo, que busque otra. Todos sus primos son separados, divorciados, y ya están con la segunda o tercera mujer. Las primas tienen relaciones sexuales desde muy jovencitas; casi todas son mamás solteras, y eso mi cónyuge lo ve normal.

 Mi marido me ha sido infiel con tres diferentes mujeres. Desde que nos casamos me he esmerado para satisfacerlo en cada aspecto de nuestra vida, pero él me hace sentirme fea e inútil.
Ernestina.





Querida Tina:


El amor de pareja es recíproco. Tú prometiste ser fiel y ¡él también! De ninguna manera, y bajo ningún concepto, defiendo la infidelidad.

 Agradezco tu carta porque me permitirá hacer algunas aclaraciones.

 No quiero defender a los infieles, pero sí defender al matrimonio y a la familia. El ambiente actual promueve la traición desde todas las trincheras: Medios de Comunicación, antros, música que alimenta pasiones e irresponsabilidad; conversaciones y ambientes laborales erotizados; deformación de la visión de la sexualidad, reducida a la búsqueda de placer; ignorancia respecto al verdadero sentido de la vida; caricaturización del amor, etc.


He trabajado con muchas parejas en la sanación de heridas por infidelidad. En tales casos, existe una mujer o un hombre arrepentidos que están dispuestos a hacer los cambios necesarios para vivir su matrimonio en armonía. Si mi primera respuesta fuera: “No perdones”, lo único que conseguiría sería inflar las cifras de matrimonios y hogares rotos, que están afectando el desarrollo pleno de los hijos, fabricando una Sociedad lastimada, cuyo futuro es seguir lastimando.


 Algunos datos recientes:


 En España, de cada cuatro matrimonios, tres se divorcian. En Estados Unidos, el 50% de ellos. En México, las cifras van en un aumento alarmante. El 60% de las parejas en nuestro país sufre la infidelidad. ¿A dónde llegaremos a nivel mundial si en todas partes este fenómeno crece? Un dato económico relacionado es que en aquellos países en los que hay más hogares rotos, los Gobiernos recaban menos impuestos y gastan más en servicios de Asistencia Social. Sucede lo contrario en naciones donde prevalecen unidas las familias


Sabemos que el desarrollo ideal de la persona se da en el seno de una familia en la que recibe amor y cuidados de un padre y una madre. Tenemos que prepararnos para conseguir esta meta.


Erradiquemos las mentiras respecto a la naturaleza humana y sus fines. No estamos aquí para pasarla a gusto, sino para ser felices en el Plan de Dios. Aristóteles afirmaba que el hombre feliz es un virtuoso, y la virtud es posible si los seres humanos practican hábitos buenos.


 También prometiste a tu esposo amarlo y respetarlo todos los días de tu vida. ¡Y él prometió lo mismo

Cuando uno de los dos no cumple su promesa, es necesario detenerse y hablar, hacer un plan de crecimiento conjunto, en el que cada uno acepte su propia responsabilidad. En la pareja humana no hay uno que sea todo malo y otro que sea todo bueno; la verdad es que todos tenemos aristas qué pulir y aspectos de nuestra personalidad que habrá qué modificar.


 Por amor a tus hijos y al Plan de Dios para las familias, no toleres la infidelidad, pero todos los que piden perdón con sincero arrepentimiento, han de ser perdonados. Entonces podemos empezar a reconstruir sobre lo que fue destruido, sólo que esta vez viviendo de forma virtuosa.


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