¡Hola, Lupita!:
Últimamente me he sentido como que no he hecho lo que
yo quiero; no he pensado en mí. Pongo mis gustos y necesidades al final. Me
enfoco en los negocios, y éstos me consumen. Sólo vivo para trabajar y preocuparme
por las ventas, los problemas, los empleados y las deudas. No puedo con la
presión que siento. Todo esto lo hago por ayudar a mi familia, pero no sé si me
falta autoestima, porque no hago lo que yo quiero, sino lo que ellos quieren.
Al mismo tiempo, quiero ser buena católica, y eso me confunde.
María Engracia.
Querida Mary:
What-Your-Mouth-Shuts-Symptoms-Of-IllnessMichel Esparza
nos comparte la siguiente reflexión: “Es un hecho que todos tenemos un límite
para aguantar el peso psicológico, y que cuando nos ponen un kilo de más, nos
descompensamos. De acuerdo con los expertos en salud mental, las personas somos
como un vehículo que necesita combustible. El arte de preservar la estabilidad
psíquica consiste en aprender a gestionar óptimamente el combustible. Lo que
más lo consume, es el estrés”.
Cuando nos sentimos “embotados, agobiados, rebasados”,
estamos frente al barómetro que nos indica que debemos detenernos un momento.
Es tiempo de descansar. Detente, pues, y reflexiona acerca de tu vida y su sentido.
La visión cristiana nos exhorta a salir de nosotros mismos para realizarnos en
plenitud. Entonces, ¿cómo entender el amor a sí mismos sin faltar a las
exigencias de Cristo?
Autoestima no es egoísmo
Santo Tomás de Aquino hablaba sobre lo conveniente que
resulta a la persona el que ame su propio bien, pues está hecha para amar todo
bien, incluido el suyo. En esto consiste la verdadera autoestima, en procurar
el bien personal. Cuando yo quiero a otro, procuro su bien, cuando me quiero a
mí, procuro expresarlo así:
Porque me quiero, tendré una relación cercana con Dios
que me ama. Porque me quiero, conoceré mi dignidad. Porque me quiero, buscaré
mi propia superación, y así daré lo mejor de mí mismo al mundo. Porque me
quiero, sentiré orgullo al cambiar mis vicios por virtudes. Porque me quiero,
evitaré los egoísmos y trataré de ayudar a los demás.
Elijo hacer lo que me edifica y evito hacer lo que me
destruye.
Aquí te propongo 5 acciones que generarán en ti una
sana autoestima:
1) Pide un tiempo de descanso. Tómate unas vacaciones
en cuanto te sea posible. Habla con tu familia y exprésale tu necesidad de
des-estresarte, para empezar con nuevos bríos.
2) Acude a un Retiro Espiritual que te permita conocer
a Dios Amor. Los Cursillos de Cristiandad son una magnífica opción.
3) Lee algún libro que alimente tu espíritu: en primer
lugar, la Biblia y algún otro de contenido espiritual poderoso.
4) Desarrolla un plan de vida que incluya tu mejora
personal en tres áreas básicas: (a) tu relación con Dios; (b) tu relación con
tu familia y con quienes puedan necesitar de tu amor; (c) tu relación contigo
misma.
5) En la organización de tu tiempo, deja espacio para
tu descanso personal y sé muy respetuosa del mismo.
Somos buenos cristianos cuando nos encontramos en Dios
y nos sabemos amados por Él tal como somos. Éste es el principio de la
verdadera autoestima que nos permite morir a nosotros mismos, morir a nuestro
orgullo.
Así, estamos capacitados para entregarnos a los demás con auténtica libertad
interior. ¡Qué bueno que ayudas a tu familia! Ayúdate a ti también.
Recuerda que nadie puede amarse a sí mismo, si no ama
primero a los demás.
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