Lupita:
Tengo
un mes de casada y, la verdad, se me ha hecho muy difícil. Tuve que cambiarme
de ciudad, a causa del trabajo de mi esposo. Se me ha hecho muy pesado, extraño
todo: mi familia, la comida, mis amigas, mi rutina. Aquí está muy feo, no creo
adaptarme y me siento muy desmotivada. Mi esposo ve que estoy inconforme y
tengo problemas. Pido oración para que pronto mi esposo y yo regresemos a
nuestra ciudad. Estoy deprimiéndome aquí. Ojalá puedas darme algún consejo, ya
que me agarra la desesperación muy feo.
Amanda
Querida Amanda:
Es muy
comprensible tu estado emocional en el mundo de fantasía que estamos
construyendo los padres actuales. Hemos educado hijos sin responsabilidades,
pero llenos de “derechos”. Los matrimonios jóvenes están enfrentando una
realidad para la cual nunca fueron preparados. Desde que se dijo que debíamos
tener menos hijos para darles más, estamos fabricando personalidades débiles,
hombres y mujeres que no pueden vivir si no les hacen una vida fácil.
Has pasado de ser hija de familia a reina de
tu propio hogar, pero no estás preparada para reinar, considerando que una
reina no sólo tiene privilegios, sino que también debe saber dirigir su
imperio.
¿Para
qué te casaste? Piensa en una de las siguientes categorías, y selecciona la que
más se adapte a ti:
a)
Para ser
feliz
b) Para hacer feliz al hombre del que te has enamorado
c) Para construir una familia junto al hombre de tu vida
Si
decides a): Enfrentarás una profunda
frustración, pues ninguno de nosotros puede hacer depender su felicidad de
otro.
La
elección b): Puede generar una
relación de codependencia, por sentir la responsabilidad total de la felicidad
del otro.
La
opción (c): Es la verdadera y única
razón por la que debemos casarnos
Lo que
no aprendiste en casa con amor y disciplina, te lo enseñará la vida con dolor y
esfuerzo. Estás al lado del hombre del que te enamoraste para construir junto a
él una bella familia. Disfruta el camino; es maravilloso saborear el ir
creciendo poco a poco, el aceptar las circunstancias que les toque enfrentar y
hacerlo juntos, amándose, sabiendo que todo se vive con paz y con ilusión de
mejorar cada día un poco más
Platica
con él, pídele apoyo y comprensión. Proyecten su vida a 5, 10, 15, 30 años.
¿Cómo quieren vivirla?
Sueñen
con sus hijos y con la forma en que los educarán juntos.
Por tu
parte, busca la manera de hacer el bien en la comunidad a la que perteneces,
¡Cuánto puedes aportar, viniendo de una gran ciudad! Hazle sentir a tu esposo
que lo único que cuenta es vivir a su lado, y mantén tu sonrisa sabiendo que
eres un regalo para él.
Sería
agradable para ti el que yo te dijera que haré oración para que regreses a tu
ciudad con tu mami, tus amigas, tu rutina… pero te diré que prefiero orar para
que seas la mujer que Dios quiere: mujer madura, íntegra, entregada a su misión
primordial como esposa y madre. Lo primero, sería solapar tu inmadurez; lo
segundo, implica rogarte que luches por grandes ideales, en lugar de suplicar
por comodidades.
Necesitamos
mujeres jóvenes convencidas de que no hay mejor manera de realizarse que
formando familias según el Plan de Dios. Descubrirás que lo que parece una
renuncia es, en realidad, una ganancia.
Lupita Venegas
Lupita Venegas Leiva/Psicóloga
Twitter: @LupitaVenegasDC
Facebook: https://www.facebook.com/LupitaVenegasOFICIAL
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Correo: desdeelcorazon@valoraradio.org
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