Hola, mi estimada Lupita:
Me
da vergüenza reconocer que soy una mujer dañada desde muy niña, debido a las
burlas que enfrentaba debido a mi sobrepeso. Tengo 10 años de casada y tres
hijos. Soy muy celosa con mi esposo; comparo mucho a mi hija mayor y siento que
le afecto demasiado su autoestima; mi hijo pequeño tiene actitudes violentas e
irrespetuosas, que ha aprendido de mí. He llegado a aventarle cosas a mi
esposo; es como una fuerza en mi interior que no puedo controlar. Él me ha
dicho que quiere ayudarme y que me acerque a Dios, pero siento que mi caso no
tiene solución. Te escuché decir que Dios puede construir sobre ruinas, y
quiero ese milagro para mí. Ayúdame a conseguirlo, por favor.
Ana Paula
Querida Ana:
Es una
bendición el hecho de que puedas reconocer que necesitas ayuda. Auguro para ti progreso
y éxito en tu camino hacia la salud emocional.
Con inteligencia y objetividad, puedes ver que
el origen de tu inadecuado manejo emocional puede estar arraigado en heridas
recibidas durante la infancia y la pubertad. Por otra parte, adviertes que en
ocasiones actúas impulsivamente y, casi sin querer, puedes llegar a comportarte
de manera muy violenta.
Para enfrentar tus debilidades has de
desarrollar tus fortalezas. Si ha transcurrido tu vida entre impulsividad y
violencia, empéñate en trabajar por conquistar el autodominio y la paz.
El primer paso será ponerte en manos
profesionales. Un especialista en conducta te acompañará en el proceso de
descubrir las causas y sanarlas. Simultáneamente, trabaja en un cambio de
hábitos, luchando por hacer la Voluntad de Dios en tu vida y venciendo
valientemente tu propia voluntad y tendencias.
Para conocer cuál es la Voluntad de Dios en tu
vida, recuerda aquel llamado fuerte que nos hace Jesucristo: “Sed perfectos
como vuestro Padre Celestial es perfecto” (Mt 5,38-48). Tenemos un llamado
universal a esforzarnos por crecer cada día, a empeñarnos en convertirnos en la
mejor versión de nosotros mismos.
La
Universidad de Harvard, en sus Cursos para alcanzar mayor felicidad, nos
recomienda desarrollar algunos hábitos que contribuyen a “sacar lo mejor de
ti”:
1.
Practicar algún ejercicio (al menos caminar 20 minutos al día).
2.
Desayunar sanamente y no saltarse este momento de alimentación
3. Ser
agradecidos a lo largo del día
4. Pegar
recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todas partes en
casa.
5.
Practicar el saludar y ser amables con los demás, especialmente con los de casa.
Tu forma
de ser tiene qué ver con los malos hábitos que has adoptado en tu cotidiano
vivir. ¡Puedes cambiar tus hábitos!
El especialista determinará si necesitas algún
medicamento; pero, a nivel espiritual, tu Creador y Salvador te llama a sentir
su amor y conocer su plan para ti. Lee su Palabra y ayúdate con lecturas
espirituales. Un libro extraordinario escrito por Tomás de Kempis, puede ser un
gran compañero para ti en estos momentos: “La Imitación de Cristo”. Este
documento, escrito especialmente para Monjes, ha sido fuente de inspiración
para muchos Santos, y el mundo moderno necesita desesperadamente volver a estos
niveles de espiritualidad y de Fe.
La reflexión con la que empieza, hace eco a
las palabras de nuestro Papa Francisco cuando nos pide que no tengamos miedo de
la bondad y de la ternura:
“El que me sigue no anda en tinieblas. Son
palabras de Cristo que nos exhortan a imitar su vida y costumbres, si queremos
ser de veras iluminados y vernos libres de toda ceguedad del corazón”.
Lupita Venegas
Lupita Venegas/Psicóloga
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