Querida Lupita:
Estuve en un evento de mujeres en donde nos dijeron que somos muy
inteligentes y valiosas. Pero algo no me cuadró. Siento una impotencia y
frustración muy grande porque, de alguna manera, me sentí retrógrada por querer
dedicar mi vida a mi hogar, a mi esposo y a mis hijos.
Una amiga me dijo esa frase que todas repiten con amargura: “Ser ama de
casa embrutece, envejece y nadie te lo agradece”; y yo, con espíritu cristiano
quise encontrar una respuesta para eso. No tenía nada, hasta que una señora,
que está yendo al Curso “Despierta, mujer dormida” impartido por ti, encontró
unas palabras iluminadoras: “Ser ama de casa fortalece, embellece y Dios te lo
agradece”.
Me dicen que ésa no es la realidad y que la mega-tendencia del mundo es
ver a la mujer en los puestos de poder más importantes, como Jefas de Gobierno,
Directoras de Empresas, exitosas en todas las áreas del mundo social. ¿Por qué
nadie apuesta por el trabajo valiosísimo de la mujer que gusta de ser esposa y
madre?
María
Luisa
Querida Luisa:
Tú eres testigo de la realización personal que
experimenta una mujer que no reniega de su feminidad. Somos transmisoras de
amor. Por naturaleza, vivimos y transmitimos generosidad, comprensión, ternura,
espíritu de donación y muchas otras virtudes, indispensables para la
realización humana.
Por desgracia, no todas las mujeres de hoy han
experimentado esta sensación. Algunas, viniendo de hogares fracturados, han
visto los peores ejemplos en casa: padres violentos, madres egoístas, padres
que abandonaron, madres a quienes no les gusta serlo, casas que parecen hotel,
pues en ellas nadie convive ni se interesa por los demás… Cuando la Familia no
cumple su función como célula vital de la Sociedad en donde se aprende a
convivir en armonía, suelen endurecerse los corazones y buscarse soluciones
prácticas e inmediatas a la más trascendente ansiedad humana.
Buscando respuestas, las mujeres han ido sucumbiendo a
un adoctrinamiento bien orquestado por el feminismo radical, el cual les dice:
“No te esclavices ante un esposo y unos hijos, libérate de imposiciones
sociales, no tienes que ser esposa y madre para ser feliz.
El mundo actual propone valores que en realidad son anti-valores.
El llamado “Nuevo Orden Mundial” se ha encargado de descartar los valores
trascendentes y universales, para presentarnos como el máximo bien
post-moderno, su adoctrinamiento hacia el paganismo e inmanentismo en el que
este movimiento cree.
Dicho nuevo orden se promociona desde la ONU y
descalifica, entre otras cosas:
·
La familia
natural;
·
El deseo
natural de un hombre y una mujer de construir familia;
·
El orden
moral;
·
La
pertenencia a una religión particular;
·
La
objetividad de los valores;
·
La necesidad
de forjar el carácter practicando virtudes.
Y presenta
como lo más “in” algunos conceptos rebuscados como:
·
Derechos
reproductivos;
·
Derecho a
elegir el género (prescindiendo de lo dado por naturaleza);
·
Calidad de
vida;
·
Desarrollo
sustentable;
·
Eutanasia,
eugenesia y aborto, como parte de los derechos humanos;
·
Tolerancia
(entendida casi sólo como aceptación de sus parámetros de género).
Es importante reivindicar la verdad sobre la
naturaleza femenina. Benedicto XVI nos invita a vivir la caridad en la verdad;
es decir, a amarnos con el conocimiento básico de lo que somos como personas.
La ONU no puede definir los “nuevos” valores en los que “debemos” creer; aunque
ha hecho tan buen trabajo, que ya son muchos los que se creen que solo hemos
venido a este mundo a hacer dinero y a pasarla bien, así de forma light,
superficial, sin virtudes y sin Dios.
Felicidades porque eres mujer valiente, que levantas
la voz para decir: ¡Sé lo que soy!
Lupita Venegas Leiva/Psicóloga www.valoraradio.org
Twitter: @LupitaVenegasDC
Facebook: www.facebook.com/LupitaVenegasOFICIAL
Correo: desdeelcorazon@valoraradio.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario