Lupita:
Soy una madre de familia que quiere inculcar la fe en sus hijos, pero
los tiempos actuales en nada me ayudan. Cuando les dije que debíamos ayunar,
ellos me respondieron que eso ya era obsoleto y que lo importante, en todo
caso, es hacer un sacrificio para recordar el sufrimiento de Cristo.
Yo no supe cómo defender esta tradición porque sus argumentos me
parecieron buenos. Quienes ayunan u observan la vigilia comiendo pescado y
camarones, me parece que no hacen lo que es realmente importante. Pienso que la
Iglesia debería actualizarse para que todos acepten con más gusto vivir su fe.
¿No te parece?
Hortensia
Querida Hortensia:
Tienes razón al decir que no tiene caso ayunar o
practicar la abstinencia si lo único que se consigue es comer deliciosos
productos del mar. Siempre será mejor ofrecer un acto de sacrificio o de
renuncia, teniendo presente el inefable amor de Cristo, quien se entregó a Sí
mismo para abrirnos las puertas del Cielo. Pero hay que tener en cuenta que la
Iglesia nos pide estas prácticas con un fin muy conveniente.
Convenimos en que lo que ahora está vigente es el
hombre Light: aquél que desea las cosas fáciles y rápidas, el que huye del
dolor y permanece en la búsqueda incansable del placer. Ese hombre, quizás, no
niega su necesidad espiritual, pero quiere administrársela a sí mismo, sin
acatar exigencias ni sufrir incomodidades.
Y así, cuando dices que la Iglesia “debería
actualizarse para que todos acepten con más gusto vivir su fe”, tú también
estás mostrando esa mentalidad light que ha inoculado a tantos seres humanos
actualmente.
El ayuno es un acto de templanza. Ciertamente no es la
suprema virtud, pero es el primer grado para ascender en virtud. San Gregorio
Magno advertía: “Si no domamos al enemigo que habita dentro; a saber, nuestro
apetito voraz, no nos hemos puesto de pie para entablar el combate espiritual”
La templanza cristiana es la virtud que modera y pone
en orden sobrenatural nuestras pasiones. Quien se domina a sí mismo es
plenamente feliz. La Iglesia nos pide hoy estos pequeños sufrimientos para
evitarnos tormentosas tribulaciones después. El ayuno es un ejercicio de
“sufrir, para no sufrir”; una mínima renuncia, que será un éxito conquistado
después.
Jesús afirmó que hay demonios que no salen sino con el
ayuno y la oración. ¿Qué no estamos viviendo las dolorosas consecuencias de
tantas familias rotas, de la violencia e inseguridad, de las infidelidades, de
las depresiones, de la devastación emocional por la práctica del sexo
banalizado, de las injusticias por la pésima y egoísta distribución de las
riquezas?
No tratemos, pues, de cambiar o minimizar la exigencia
del ayuno. Entendamos sus maravillosos frutos y adentrémonos a vivir esta
práctica con todo nuestro ser. San Basilio nos describe los efectos del ayuno,
así:
“El ayuno da alas a la oración para que se pueda subir al Cielo.
Es la firmeza de la familia. Es la salud de la madre y el maestro de los hijos. ¿No veis cómo en nuestra ciudad cesan las canciones meretricias y los bailes impúdicos en cuanto nos dedicamos a ayunar?”
Tuve oportunidad de escuchar una meditación del Padre
Romanovski (Sacerdote de la Comunidad de San Pedro Apóstol), quien afirmaba
convencido: “Dios quiere que ayunemos, no para que seamos delgados, sino para
que se nos quite el orgullo del corazón. Cuando sentimos hambre, gustamos
nuestra nada y nos damos cuenta de nuestra dependencia de Dios”.
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Mi esposo me dejó debido a mi falta de hijos durante 9 años. Mi corazón estaba destrozado porque ya no podía soportar el dolor. Comencé a buscar ayuda en Internet y encontré un artículo de (Elizabeth) que decía que Lord Zakuza la ayudó a recuperar a su esposo después de pagar algunos (artículos espirituales) utilizados para preparar el hechizo que trajo a su esposo en 24 horas. Me adhirí a su testimonio y me conecté con Lord Zakuza y después de verterle mis dolores, Lord Zakuza me dio sus palabras de que quedaré embarazada dentro de un mes después de que mi esposo regrese. Le creí y seguí todas sus instrucciones y pagué la suma de 230 euros para que él comprara los (artículos espirituales) que necesitaba para resolver mi caso. Me sorprendió cuando recibí una llamada de mi esposo diciendo que lo lamentaba y que volvería a casa y que esto sucedió dentro de las 24 horas después de que Lord Zakuza preparó un hechizo de amor para mí. Mi esposo regresó a mí y esta vez volvimos otra vez e irrompibles. Después de 2 semanas, estaba embarazada de mi esposo y di a luz a una encantadora hija a la que llamamos (ALEGRÍA). Puede que estés atravesando el infierno ahora, pero te digo que no durará para siempre, porque Lord Zakuza está aquí para ayudarnos a todos. Puede chatear con él en su línea de WhatsApp al +17405739483 o enviarle un correo electrónico a: doctorzakuzaspelltemple@hotmail.com para obtener una solución permanente.
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