miércoles, 29 de junio de 2016

CÓMO ADMINISTRAR DINERO EN CASA EN 10 CONSEJOS



1. Platícalo con tu pareja: el asunto del dinero en casa es de dos, no importa si uno trabaja o los dos aportan a las finanzas del hogar, es importante que presupuesten y planeen juntos cómo van a alcanzar ese viaje de sus sueños o la llegada del bebé, por ejemplo.




2. Piso firme: cuando determinen cuál es la posición en la que están parados (no en la que les gustaría, sino la real) entonces sí, los dos planteen las metas a futuro.


3. Ajustar gastos: si con base en la situación real se dan cuenta que es necesario ajustar gastos, realicen los cambios necesarios ambas partes. Sería injusto para uno tener que prescindir de privilegios como ir al gimnasio, mientras que el otro sigue comiendo en restaurantes y quiere seguir yendo al cine todos los fines de semana.


4. Ahorro: uno de los hábitos de los que no puedes prescindir es el ahorro. En una relación de pareja es muy importante considerar al ahorro y si hubieran diferencias en cuanto al gasto, tendrán que platicarlo con el mejor ánimo posible y sobre todo tomando en cuenta que es por su bienestar tanto actual como a futuro.


5. Inversión: una cosa es tener un fondo de emergencias donde reuniste los ahorros de un tiempo, y otra es planear estratégicamente a través de inversiones la manera en que puedes hacer crecer tu dinero. Infórmense juntos de cuáles son las opciones que les convienen.


6. Nuevas fuentes de ingresos: es posible que en el hogar el único responsable de la manutención sea el hombre y la mujer se quede a cuidar de los hijos. Aunque esta situación es cada vez menos frecuente, lo ideal es que ante menores ingresos o más gastos, juntos busquen nuevas alternativas para llevar más recursos al hogar.


7. Conciencia entre los hijos: quizá los niños están acostumbrados a traer ropa de moda y el último teléfono inteligente disponible en el mercado. Los niños deben tener conciencia de la situación económica por la que atraviesa la familia para que valoren y ante un momento de crisis, no caigan ante la frustración.


8. Gasto eficiente: en la familia es importante fomentar el hábito de preguntarse siempre al momento de comprar, ¿realmente lo necesito? ¿Puedo pagarlo?


9. Reciclar: hay muchos objetos en casa con posibilidad de un segundo uso. Por ejemplo, a las libretas escolares de los niños se pueden rescatar las hojas que no se utilizaron y hacer nuevos cuadernos para el próximo curso.



10. Uso eficiente de los servicios: apagar las luces y ver juntos la televisión en un solo lugar, son algunas de las medidas que pueden ayudar a reducir el consumo de luz, por ejemplo.


Fuente: Claudia Castro Reyna 

¿VAMOS A SEGUIR VIVIENDO COMO SI DIOS NO EXISTIERA?

Querida Lupita:

He cometido muchos errores, pero aun así te escribo porque sé que no vas a juzgarme. Tengo una mentalidad actual, como la mayoría, pero ya me siento asqueada. En lo sexual, he probado de todo. Mantuve una relación con otra mujer por tres años, y juntas aceptamos a una niña a la que queríamos cuidar y ver por ella. Nos la regalaron. Pero nuestros problemas siempre tenían más importancia que la niña. Hoy la veo y sé que la hemos dañado. Tiembla, se hace pipí, no quiere hablar. Mi pareja consumía drogas y las dejaba al alcance de la pequeña. Esta no es vida. Yo te criticaba a ti y a los que siguen a Dios y hoy experimento una necesidad de acercarme a Él, pero me siento sucia. Por favor, ayúdame para poder ayudar a la niña.
 Amaya







Hermanita mía:

Siento el torbellino emocional en el que estás inmersa. Hoy puedes asegurar conmigo que el desorden cobra un alto precio. San Agustín nos recordaba: “La paz es la tranquilidad del orden”.

 Una vida disipada, basada en los sentimientos y las modas, te ha llevado a una existencia superficial, de sequedad del alma, que siempre está buscando nuevas sensaciones. Es por eso que dices que “has probado de todo”. Cuando no se tiene un fin claro, cuando no se profundiza en el valor y el sentido de la propia vida, nos convertimos en títeres de la corriente; vamos a donde nos llevan, sin prever las consecuencias.

Tenemos un Dios que, por amor, nos dio unos mandatos para custodiar nuestro bien en esta vida terrena y asegurar nuestro trayecto a la eternidad. Nuestro Creador y Señor se hizo hombre para mostrarnos el camino con su propio ejemplo. ¡Él dio la vida por ti! Te ama tanto, que no dudó en derramar cada gota de Su sangre y pedir al Padre que te perdonara. Te ama tanto como a esa pequeña que te preocupa y también a las personas con las que te has relacionado, a cada ser humano, que es hechura de sus manos.

 Nunca será lo mismo vivir como hijos de Dios que como hijos de nadie. Nuestra sociedad actual niega su existencia, y todos nosotros, revestidos de soberbia, vivimos como si esto fuera verdad. Construimos nuestras vidas sin criterios morales, sin pensar en dar lo mejor de nosotros mismos, sin esforzarnos por el bien común. Vemos esta actitud reflejada y magnificada en los medios de comunicación, que nos ofrecen basura y nosotros la consumimos sin discernimiento; la vemos en las organizaciones educativas, que promueven descaradamente el desorden moral; lo observamos también en las leyes, que ya no se basan en la verdad antropológica de la persona humana, sino en sofismas diseñados por ideólogos agnósticos o ateos.

El orden volverá a tu vida si aceptas que Cristo es tu Señor. Para Él todo es posible. Él se alegra con tu deseo de hacer el bien. Él está saliendo a tu encuentro para abrazarte, para enjugar tus lágrimas y hacerte entrar como hija predilecta a Su reino. ¡Él quiere transformarte en instrumento de bendición!

Ya es momento de sentir todo Su amor e iniciar un nuevo estilo de vida, dentro de ese sendero de luz que Jesucristo te muestra hoy.



Lupita Venegas


Lupita Venegas Leiva/Psicóloga 
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miércoles, 22 de junio de 2016

JESÚS, TOMA MI BARRO Y HAZME DE NUEVO

Querida Lupita:

Quiero dar mi testimonio de las cosas que Dios puede hacer cuando una persona lo deja entrar a su mente y corazón. Estuve en la VII Cruzada Matrimonial y en el IV Encuentro Provincial de Familia; tercera vez que asisto a estos eventos, porque desde hace tres años experimenté un cambio radical, pues estaba sumido en el alcoholismo, y mi familia ya no veía solución.

Pero Dios me sanó. En aquella Cruzada le ofrecí mi vida y dejé el vicio para siempre, y desde entonces estoy en mi Grupo y tengo muchos años limpio. Ahora me he entregado al servicio del Señor, y al comprobar el cambio no puedo creerlo yo mismo. Acabaron los golpes y la violencia que yo llevaba a mi casa. Mi esposa y mis hijas ahora sonríen, cuando antes sólo lloraban.

En esta ocasión, vi a muchos que, como yo, se entregaron a una vida nueva, pero también vi a algunos que no daban su brazo a torcer: duros de expresión y no participaban. Hubiera querido decirles que estuve así como ellos y que eso no me dejó nada bueno, pero sentí pena. Por eso me atrevo a escribirte, para que, a través de ti, des públicamente mi testimonio y comuniques a mis hermanos de lo que se están perdiendo.

Pedro





Querido Pedro:

Me haces recordar una composición de la famosa cantautora chilena (con nacionalidad española), la Hermana Glenda: “Dios, el Gran Alfarero, puede tomar nuestro barro y hacernos de nuevo.”

Te agradezco infinitamente este testimonio valioso. Con gusto publicaré tu carta, pues sé que sembrarás esperanza en muchas almas. Pero, además, te pido que superes esa pena que sentiste y te impidió hablar. El Papa Francisco nos ha dicho, en nombre de Cristo: “No podemos ser cristianos por instantes; debemos serlo de tiempo completo, cada minuto, de cada día”. Y Cristo mismo nos convoca: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura” (Mc. 16,15).

 Esa buena noticia de que Dios puede hacerte nacer de nuevo, hay que llevarla sin miedo a todas partes. El Papa Benedicto XVI nos pidió ser Testigos de Esperanza, nos dijo que aquéllos que han sido tocados y renovados por Cristo, son ya “Embajadores de la Verdad”. Tú sufriste las consecuencias de tus acciones alejadas de Dios, y hoy experimentaste en tu propia carne las maravillas de ser amado y perdonado por Él. ¡Dios no quiere que se condene el pecador, sino que se salve!

Ahora te toca prepararte para comunicar a Cristo. Comprométete a leer las Sagradas Escrituras, pero también a estudiar el Catecismo de la Iglesia Católica. Atrévete a hablar de las maravillas que Dios ha obrado en ti, recordando que, “devoción sin Doctrina, es fanatismo”.

 Los bautizados tenemos una misión, tal como lo postula el Documento Lumen Gentium en su Punto 33: Con el Bautismo, el fiel empieza a participar de la misión del Pueblo de Dios. Esta dimensión apostólica del Bautismo se manifiesta de manera más plena en la Confirmación, que concluye la iniciación cristiana, y en la cual los cristianos «se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la Fe con sus palabras y sus obras».

Con Fe, el miedo desmerece y, fortalecido en Jesucristo, tú puedes llevar adelante ese Mensaje que transforma vidas: ¡Él puede hacer nuevas todas las cosas!



Lupita Venegas



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miércoles, 15 de junio de 2016

PAPÁ: ¡TE NECESITO!

Lic. Lupita:

Debido a mi divorcio, que ocurrió hace cinco años, estuve alejado de mi hijo en una edad crucial: de los 8 a los 12 años. Él presenta una drogadicción franca, ya que empezó consumiendo marihuana a los 8 años. Mi esposa me responsabiliza por lo que le está sucediendo, y quiero hacer lo correcto, pero no sé cómo actuar. Mi hijo no quiere estudiar, no se concentra, está apático completamente, vive para consumir. Estoy muy preocupado. Se mudó conmigo hace dos semanas.

Pido que me oriente usted, por favor.

Juan Pablo







Estimado Pablo:

Sin lugar a dudas, dentro de la familia el papá es muy importante. La ideología feminista ha contribuido a que consideremos que una mujer puede sacar adelante a sus hijos estando sola. Es cierto que muchas mujeres, siendo fieles a sus valores y a su Fe, han enfrentado la vida de modo admirable, pero con serias dificultades.

Nuestros hijos necesitan de un padre y una madre para su desarrollo óptimo.

Estadísticamente se ha encontrado que un padre presente en el hogar y cercano a sus hijos, consigue en ellos:
* Mayor rendimiento escolar.
* Protección efectiva contra la influencia social negativa, como el consumo de drogas y de alcohol.
* Evita el comportamiento antisocial y delictivo en los adolescentes.
* La relación sólida entre padre e hijo se vincula a menos depresión, menor actividad sexual en la adolescencia y disminución de los embarazos prematuros.

Es por ello fundamental trabajar por construir matrimonios sólidos, lo cual se consigue preparándose con buenas lecturas, conferencias, cursos y talleres que ofrece ampliamente la Iglesia.

En el tema de la mariguana, hemos escuchado opiniones de todo tipo. Las películas y series insisten en presentarla como una droga inofensiva, y los Gobiernos tienden, en general, a promoverla, suponiendo ingenuamente que esto acabaría con el narcotráfico.

Sólo un padre que vive la tragedia de las consecuencias de su consumo en sus propios hijos, sabe que un Gobierno no puede promover el Mal para la Sociedad. Mencionaré sólo algunos de los efectos del consumo de marihuana (que es puerta para el consumo de otras drogas):

Efectos físicos:
* Insomnio.
* Caries.
* Alteración en los espermatozoides.

Efectos psicológicos:
* Irritabilidad, personalidad violenta.
* Depresión.
* Ataques de pánico.
* Reducción de la memoria.

Efector sociales:
* Dificultad para relacionarse con los demás.
* Pérdida de eficacia en el trabajo.
* Dificultades en el cumplimiento de normas y costumbres.

Es verdad que hay casas donde se tiene la planta y se usa con fines medicinales. Sin embargo, si hay venta en el mercado negro es porque existen los consumidores adictos, y éstos, en su gran mayoría, son precisamente los jóvenes y adultos que carecen de una estructura familiar sólida.

La solución no es legalizarla, sino fortalecer a las familias, insistiendo en que hagan lo que aquí te recomiendo:
* Convive con tu hijo todos los días
* Trata de conocerlo, hablar de lo que le interesa, llevarle a partidos, espectáculos, excursiones, etc.
* No juzgarlo, sino apoyarlo
* Documentarte sobre su problemática y platicar con él
* Establecer límites claros y cumplir con las consecuencias ofrecidas
* Acompañarlo a Centros de Recuperación especializados, pero no “botarlo” ahí, sino involucrarte muy de cerca.

Algunos padres me dicen que no pueden acercarse a sus hijos. No temas: abrázalo estrechamente y dile, desde el fondo de tu corazón, que lo amas y que no lo dejarás marchar al precipicio. Es tiempo de darle lo mejor de ti mismo.

Con la ayuda de Dios, ¡todo es posible!





Lupita Venegas



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SI COMETISTE UNA INFIDELIDAD, ARREPIÉNTETE Y CREE EN EL EVANGELIO

Hola, Lupita:

Mi nombre es Yadira. Yo he estado casada por lo civil solamente con mi esposo durante siete años. Tenemos dos hijos.

Mi dolor más grande fue cuando me di cuenta que mi el niño que había tenido mi hermana era producto de la infidelidad de mi esposo.

Yo los perdoné a los dos por el dolor que me causaron. Les propuse que no se dijera nada del asunto y que nosotros miraríamos al niño como sobrino. Comencé el proceso de divorcio, pero mi esposo nunca quiso separarse. La semana pasada, él me pidió perdón por lo que había hecho

Yo decidí intentarlo. Ahora es cuando necesito tu ayuda, ya que él me preguntó si yo estaría dispuesta a permitir que él pasara tiempo con el niño que tiene con mi hermana, advirtiéndome, de paso, que debe apoyarla económicamente. ¿Acaso quiere tener dos familias y que yo esté conforme con eso? ¿Qué me está pidiendo Dios?
Yadira.





Querida Yadira:

Es una pena que el hombre se deje llevar por sus pasiones sin pasar por el velo de la reflexión todas sus acciones. El hombre o la mujer que comete adulterio destroza corazones, vidas… y de ello entregará cuentas a Dios. Lo hecho, hecho está, y no podemos cambiarlo.


Tu esposo debe saber que no es padre sólo quien engendra a un hijo, sino quien le educa, se entrega a él, le dedica tiempo, le da una madre excepcional. Su infidelidad ha sido un gravísimo error, tanto de él como de tu hermana, pero no deben cometer un error tras otro. Ya hubo uno. El siguiente error sería pretender tener dos familias. Tu hermana debe afrontar las consecuencias de sus actos.

Ella se metió con un hombre casado, y esto implica que no contará con él como esposo o padre de sus hijos. Ella debe crecer ante los ojos de Dios, educar a sus hijos en la Fe y ser una mujer nueva que pueda atraer a otro hombre para que le dé su amor y proporcione a su hijo el cariño de un padre.

¿Qué te recomiendo?

Si él te pide perdón, perdónalo. Ámalo con inteligencia. Esto significa: “logra obtener lo mejor de él y actúa de tal modo que todos puedan ganar el Cielo”.

Acércate a Dios. Búscalo sinceramente a través de un Cursillo de Cristiandad. (Averigua en tu parroquia dónde hay estos Cursillos). Conoce a Jesucristo y ¡ámalo! Esto te permitirá orar por él y también por tu hermana.

2.- Reconoce tu valor como mujer, ¡ERES HIJA DE DIOS!, mereces que un hombre te dé tu lugar como SU ESPOSA ante Dios.

Prepárate: toma cursos de superación, de desarrollo humano; (busca uno en tu parroquia o en algún lugar en el que Cristo sea lo más importante.

Cuando estés lista, ponte en manos de Dios y habla con tu esposo: “¿Estás dispuesto a hacer todo bien a partir de ahora?; es decir: ¿A casarte conmigo con la bendición de Dios (Sacramento del Matrimonio); a iniciar una vida nueva con nuestros hijos, a entregarle a Dios una familia integrada y feliz?”

Si él quiere vivir una especie de “bigamia”; es decir, convivir con las dos, tener y sostener dos familias y que ustedes estén contentas con eso… ¡ES ESCUCHAR AL MAESTRO DE LA MENTIRA! Esto los llevará a un infierno aún mayor que en el que ya viven.

En tal caso, es mejor que tú sola saques adelante a tus hijos invitando a Cristo a ser el padre. Haz lo correcto y Dios te bendecirá. Si tú hablas con él y sucede el milagro, si se encuentra con Cristo y decide casarse contigo… las bendiciones correrán como agua de río porque estarán haciendo la voluntad de Dios.

Vive en clave de eternidad. Dile a Jesús cuánto le quieres amar y cuánto anhelas ganarte el Cielo.

¡Recibe un fuerte abrazo y mi cariño sincero! En Cristo y María siempre.


Lupita Venegas

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miércoles, 8 de junio de 2016

ADICCIONES, ENEMIGO SAGAZ Y PELIGROSO

Querida Lupita:

Te envío un afectuoso abrazo y también te pido una oración por mi esposo y por todos los hombres atrapados en el alcoholismo que están perdiendo su vida y su salud, para que Dios les dé pronto un momento de conversión y sanación. Pero, sobre todo, por las esposas, madres e hijos que sufrimos cada día el dolor, las ofensas y las crueldades que genera esta enfermedad, para que Dios nos dé fuerzas y no abandonemos la barca. 
Mariana






Querida Mariana:

El dolor que arrastran las adicciones no puede ser descrito sin quedarse corto. Esas esposas, madres e hijos de personas alcohólicas han derramado lágrimas de impotencia. ¿Cómo aliviar su sufrimiento sin Jesucristo?
Tu carta es toda una plegaria. Persevera en la oración y permanece atenta a los medios que se presentan para salir de esta forma de vida. Nadie debe acostumbrarse al Mal.

Ciertamente el alcoholismo es una enfermedad, pero también es un pecado. El Catecismo de la Iglesia Católica define al pecado, en el punto 1849, como una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta. Pecar es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. San Agustín, refiriéndose al pecado, afirma que “es una palabra, un acto o un deseo contrarios a la Ley Eterna”.

Por eso es necesario ayudar al alcohólico a conocer y comprender su enfermedad y pecado, y a que busque salir de esta realidad con el tratamiento más adecuado.

La gran mayoría de las veces, los familiares no saben cómo apoyar a los alcohólicos, y hacen y dicen cosas que resultan contraproducentes:

*  Se enojan, los humillan y ofenden.

*  Solapan sus borracheras y mienten por ellos.

*  Soportan sus golpes y malos tratos, por miedo.

*  Permiten malos ejemplos para los hijos, con todo el dolor que esto conlleva.

*  Amenazan, pero no cumplen lo que prometen.

*  Les facilitan dinero y recursos para que consigan bebidas

*  Lloran y se enferman para tratar de que el alcohólico se sienta culpable.

*  Los sacan de la cárcel enseguida, si caen en ella.

*  Conocen sus mentiras, pero las toleran.


 Pero nada de esto funciona si queremos que nuestro familiar deje el vicio. Sin embargo, existen actitudes y medidas que sí aportarían los elementos necesarios para acabar con este infierno, las cuales recomendamos:

1.      Conozcan el tema en familia. Estudien juntos lo que es esta enfermedad.

2.      Ubiquen y seleccionen bien el más cercano de alguno de los muchos centros de ayuda que existen, y acudan a él quienes estén dispuestos a llevar a cabo un plan de acción en favor de la desintoxicación del enfermo.

3.      Busquen comprender a su ser amado. La adicción nace en una carencia de amor y comprensión. Hay pasados dolorosos en la vida de las personas que ya son esclavas del alcohol.

4.      Conozcan la manera de poner límites y aplíquense en ello. Ensayen la forma en que hablarán juntos (cónyuge e hijos) con su familiar. Él debe vivir las consecuencias de sus actos, incluso el riesgo de perder a su familia si no se somete a un tratamiento.

5.      No hablen con un alcohólico que se encuentra bajo los efectos del vicio. El mejor momento para hablar es por las mañanas, en sobriedad.

6.      Diríjanse a él siempre con amor y serenidad: “Amor, estás enfermo y quiero ayudarte  Dios nos ama tanto, que siempre favorecerá nuestros esfuerzos para salir del pecado a la vida de la Gracia. A través de este tormentoso problema, Él quiere hacernos crecer a todos los miembros de la familia. Iniciemos nuestro plan de ayuda con un acercamiento a este Dios Todopoderoso, en cuyas dulces manos estamos sus frágiles hijos.



Lupita Venegas

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