miércoles, 27 de enero de 2016

"EL MANEJO ADECUADO DE LA FRUSTRACIÓN"

Cuando hay una diferencia entre lo que uno quisiera y lo que es en realidad, se experimenta el sentimiento de frustración. Cuando experimentamos que nos encontramos en una situación sin solución aparente, nos ataca un sentimiento de impotencia, que en ocasiones nos lleva a actuar desesperada y desproporcionadamente.

Todos experimentamos frustraciones, y es fundamental entender que no podemos eliminarlas, sino manejarlas idóneamente.



Las respuestas adecuadas o inadecuadas frente a las dificultades de la vida se aprenden en la infancia. Cuando una persona ha tenido padres sobre-protectores o, en el extremo contrario, padres despreocupados, se genera en su psique una inmadurez para enfrentar la vida. Esto es, si un niño no tiene atención en absoluto, o bien, tiene una atención excesiva, le sobrevendrán serios problemas para manejar la frustración.

Los frustrados son adultos resentidos que echan culpas a todos y no ven su responsabilidad en los hechos; son adolescentes y niños berrinchudos, quienes, al no tener lo que quieren, manipulan hasta el extremo de dañarse a sí mismos con tal de conseguir lo que desean.

Pero puede aprenderse a enfrentar las frustraciones. Para ello, habrá qué conseguir una virtud fundamental: autodominio. Se dice que Sócrates exigía a sus alumnos la “enkrateia”, el ser dueños de sí mismos. Esto es lo que nos ayuda a superar los vaivenes de los estados de ánimo o las apetencias, y nos permite elegir de acuerdo a un fin. Es el luchar por llegar más alto, más rápido y más fuerte a nuestras metas.

Para adquirir esta virtud clave te recomiendo tomar las siguientes medidas:
  • Haz un proyecto de vida. Escribe un ideal, reconoce tu defecto dominante y trabaja en tu propia superación. Si no sabes hacerlo, en Valora podemos ayudarte (tel. 3124 39 29). Deja de ver todo lo que falta, para que empieces a concentrarte en todo lo que tienes.
  • Ponte metas realizables a corto, mediano y largo plazo. 
  • Haz un proyecto familiar e involúcrense todos en una actividad que les guste. Antes de pensar que no se va a poder, prepárate para que sepas plantear esta actividad a los tuyos de forma atractiva. 
  • Participa en las actividades de tu Parroquia. Tenemos que salir de nosotros mismos para encontrarnos. 
  • Alimenta una relación personal con Dios. Investiga las fechas para el próximo Cursillo de Cristiandad; inscríbete (31 21 53 05 en Guadalajara).


¡Cree en ti! Ante los problemas, sientes que caes y que no tienes fuerza para levantarte; pero tú eliges si caes como un huevo que se rompe por completo, o como una pelota de frontón que llega al piso,  vuelve a levantarse e incluso alcanza más altura que la que tenía antes de caer.

Dice la Palabra de Dios: “Todo pasa para bien de los que aman al Señor (Rom. 8,28). ¡Ámalo y déjate amar por Él!

Lupita Venegas/Psicóloga 
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martes, 19 de enero de 2016

DOS CLAVES PARA ELIMINAR LOS RESENTIMIENTOS

Si los matrimonios aprendieran a manejar sus resentimientos, disminuirían en gran medida las separaciones y divorcios. Es urgente trabajar a este nivel y sanar la Sociedad, empezando por lo básico: la pareja humana.

Tenemos resentimientos cuando experimentamos un trato injusto: “cuando alguien nos ofende con sus palabras, hay dolor en nuestro corazón; cuando otros nos desprecian, nos sentimos devastados”.




Después de recibida la ofensa, usamos el tiempo pensando y repensando lo que sucedió, recordando y sufriendo nuevamente por lo que eso nos hizo sentir. Muchas veces nos dañamos aún más porque le suponemos intenciones negras al otro y aumentamos las dimensiones de lo sucedido.

Esta trama de sentimientos y resentimientos nos neurotiza, conduciéndonos a vivir en guerra con nosotros mismos y con los demás.

Algunas claves para acabar con esto, se hallan en los siguientes conceptos cristianos:

1. El Padre Nelson Medina, de la Orden de Predicadores, nos recuerda el Salmo 119, 71: “Me estuvo bien sufrir; así aprendí tus Mandamientos”. Y comenta: El sufrimiento produce muchas cosas, y no todas son malas. No es lo mismo sufrir y sanarse, que no sufrir. Las experiencias dolorosas valen en cuanto nos transforman en personas más humanas, con un corazón y una mente renovada en el amor.

2. La guerra no surge de la ofensa recibida, sino de la ofensa contestada. La próxima vez que te sientas mal por la conducta o palabras de otro hacia ti, conserva la calma y no respondas. Lleva a la oración ese momento. Pide luces para conocerte y descubrir qué es en realidad lo que te molesta. Encontrarás, así, el momento y las palabras adecuadas para no lastimar y, sin embargo, expresar tu necesidad de respeto y reconocimiento.

Aquí vale el consejo de la abuelita más sabia a la nieta próxima a casarse: “Nunca te vayas a la cama sin arreglar el malentendido del día”. Si llevas a cabo este sencillo consejo, no llegarás al lamentable momento de la fractura matrimonial.



Lupita Venegas/Psicóloga 
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Palabras de Jesús para ti....

Sé que hoy te has vuelto a preguntar cuándo será el momento en que sientas que la felicidad llega a tu vida. Porque hace ya muchos días que no sonríes de gozo, sino que más bien sonríes, esperando que algo bueno pase en tu vida. Es esa sonrisa que a veces dan las personas cuando lo que quisieran es llorar, pero aún cuando quisiera llorar, sonríen esperando que un milagro acontezca y cambie todo.





Las lágrimas recorren tus mejillas, no puedes casi respirar porque sientes un dolor tan grande en tu corazón que no lo puedes ni explicar. Jamás pensaste, ni en tu pesadilla más vivida, que ibas a tener que atravesar todo este túnel oscuro. Y el desierto ha sido agobiante y extenuante. Todos los que dijeron que estarían contigo se fueron, te dejaron solo, te abandonaron dejándote naufragar en un mar del que sientes que no podrás escapar o sobreponerte.

Pero cuando ellos se han ido, yo he permanecido. He sido todo lo que has tenido cuando lo demás han faltado. Y he estado ahí no por obligación, sino porque mi amor por ti es tan inmenso que no alcanzas a imaginarlo ni paparlo. Yo te he sostenido con las cuerdas de mi misericordia.

Hoy quisiera recordarte de manera sencilla, que aunque parezca que todo va en tu contra, yo sigo teniendo el control. Pueden azotar los vientos y la barca puede tambalear, pero yo te tengo asido entre mis brazos. Tú estás escondido y protegido muy dentro de mi corazón. Los dardos podrán herirte, pero no has de morir en esta batalla, porque yo soy el que te va a dar la victoria.

Quiero que descanses, que te sientas seguro, que dejes de pensar en todo lo que te ahora mismo te está agobiando y recibas todo ese amor que tengo para darte porque tú eres de mi propiedad. Eres tan mío, tan amado, tan especial y yo quiero que estés receptivo no a los problemas ni a las circunstancias, sino a todo lo real que puedo darte. Porque mi Espíritu quiere derramarse en tu vida e inundarte de esas cosas que solo mi presencia puede darte.

Quiero que entiendas que tus lágrimas me importan, que tu silencio me conmueve y que comprendo tu soledad porque yo mismo la experimente horas antes de dar mi vida en la cruz por ti. No pienses que soy ese Dios castigador, que quiere agobiarte o hacerte sentir inferior. No es esa mi esencia ni mi intención. Yo quiero bendecirte, pero hay cosas en las que debes esperar aún por un tiempo. Hay lecciones que todavía deberás aprender. Porque cada batalla hace que tus destrezas de soldado se agilicen y se perfeccionen más.

Hay consecuencias que las traen el pecado o las decisiones que muchas veces las personas toman separadas de mí. Y en la vida hay una ley de siembra y cosecha. Pero yo no vengo a dictar tu sentencia, yo vengo a soplar sobre tu espíritu vida para que tus huesos se renueven, para que tu alma reciba ese toque.

Aunque sé que no es mucho lo que puedas entender en estos duros momentos que enfrentas, quiero que tengas la certeza de que independientemente si sientes o no mi presencia, sigo estando ahí, justo a tu lado. Come mis palabras porque ellas te sustentarán y darán aliento cuando sientas que ya no puedes más. No dejes nunca de comunicarte conmigo, porque solo en mi presencia lograrás salir airoso de esta tormenta. Llénate de mí porque yo habito en ti.

Tu momento llegará y entonces sí que sonreirás. Tu corazón brincará por la emoción y tu alma entonará nueva canción. El llanto será cambiado en alegría.

Hij@ mí@, sigue luchando, no te rindas.



Autora: Brendaliz Avilés

miércoles, 13 de enero de 2016

SIN FAMILIA, NO HAY MADUREZ HUMANA

Actualmente conocemos muchísimos casos de maltrato doméstico. El macho golpeador es casi un cliché de la sociedad mexicana. ¿Qué pasa en estas familias?, ¿por qué las mujeres permiten el maltrato?

 La Psicóloga María Luisa Torres Peralta describe la situación emocional de la mujer maltratada, señalando, entre otros, los siguientes puntos:
  •          Es una persona que pierde la autoestima.
  •        Existe una ambivalencia hacia el agresor, por el que siente miedo, agresividad y amor a la vez.
  •          Sufre de retraimiento, tristeza, vergüenza.
  •          Tiene tendencia a desvalorizarse y a culpabilizarse.




En el origen de toda esta situación se encuentra la ignorancia. Cuando una persona no sabe lo que vale; cuando no imagina lo que es un proyecto de vida o lo que implica una relación de pareja; cuando tiene una idea lejana de Dios, pero sin ninguna conciencia de lo que significa ser amada por Él, entonces sobrevienen la injusticia, el maltrato y el dolor más agudo que pueda experimentarse.

Y la ignorancia crece en donde no hay familia. Quizás no hubo en tu pasado, ni en el de quien te maltrató, unos padres educadores, de esos que supieran ayudar a sus hijos a conocer y encauzar sus sentimientos, a forjar su carácter y voluntad; padres que se preocuparan de amarles y decirles lo que valen. Padres que, conociendo a Dios, enseñasen a sus hijos a adorarlo y a respetar sus mandatos por convicción.

Aunque jamás hayas tenido esta base, ¡tú puedes cambiar! Es una ventaja enorme que busques a Dios en la oración y te acerques a la Eucaristía, pero debes madurar en todos los aspectos, incluso en tu vida de fe. Dios no es un amuleto de la suerte que hace que todo nos salga bien. Él es un Padre amoroso que sabe exigir a sus hijos el mayor esfuerzo para que obtengamos también la mayor recompensa.

Insisto, si hoy has sufrido todo esto, es casi seguro que no tuviste padres comprometidos. Pero si tienes hijos, ellos merecen recibir de ti el mejor ejemplo. La única forma de romper cadenas de maltrato es alcanzar la madurez humana. Si no la obtuviste a través de tu familia, puedes empezar hoy acudiendo a una escuela de humanidad, de desarrollo humano, de crecimiento personal.

Una buena opción es Valora. Pregunta por nuestros cursos y talleres o el siguiente diplomado Despierta, mujer dormida. Acude sin miedo, con la certeza de que Dios bendice al que elige crecer.

Lo que parece el final, es en realidad un nuevo principio.




Lupita Venegas/Psicóloga 
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